El viernes por la mañana fuimos juntas hasta Rasltead, (nuestro barrio) y ahí se separaron nuestros caminos, y nuestras historias..
VIERNES DE CRIS
Nada más separarme de Rosa fui a coger el tren para ir a la estación central y de ahí coger el autobús al aeropuerto de Rayanair (obviamente el aeropuerto estaba en Lübeck, un pueblo a 1:20h de Hamburgo ).
Como en todos los viajes, me entra un estrés por llegar pronto, con lo que llegué media hora antes al bus, y me tocó estar esperando en la calle. Por fin llegó el bus, pagué 10 euros, me dormí y llegué al destino. El aeropuerto me recordó a una caseta del Ikea, tanto por el tamaño como por el color y por la madera, solo tenia dos puertas de embarque y estaba una frente a la otra (difícil perderse, incluso para mi). Me entretuve en las tiendas, aunque solo había dos, y compré unas botellitas de Jägermeister para poder soportar los -25ºC que pensaba que iba ha hacer en el norte de Suecia.
El vuelo llegó con 30 min de retraso, yo ya estaba histérica porque tenía que llegar a tiempo para coger el tren nocturno y solo tenía 3 horas de margen.. (contando con los 80 min de bus desde el aeropuerto de Skavsta hasta Estocolmo).
Una vez que el avión cruzó la capa de nubes que cubre Hamburgo por fin pude ver el sol, no era consciente de cuándo le echaba de menos...Al salir del avión me quedé maravillada con el paisaje que tenía a mi alrededor, el aeropuerto estaba en medio de la nada rodeado por árboles y campo todo nevadito.. nunca había visto tanta nieve..este paisaje lo seguí viendo durante el trayecto en bus, con lo que estaba vez, no me quedé dormida :)
Una vez en Estocolmo, Marcos me estaba esperando en la parada de autobús. Al final resultó que solo llegué con una hora de antelación, con lo que tuvimos que hacer tiempo en la estación, hasta que saliera el tren. Ya me iba percatando de la moda sueca.. son un poco raros vistiendo.. los chicos estaban como estancados en 1800 o disfrazados de pikachu jajaja.
Una vez en el tren, cenamos las super salchichas alemanas que llevaba en mi tupper y nos preparamos para más de 12 horas de tren en un asiento... A las 12 de la noche íbamos solo 20 en el vagón con lo que nos conseguimos tumbar para dormir.
VIERNES DE ROSA:
Me despedí de Cris corriendo porque el bus que tenía que coger para ir al aeropuerto estaba en la parada. Con esa habilidad que me caracteriza corrí con la mochila, el bolso, la maleta...y el señor autobusero, que debía ser de Madrid, me miró y arrancó, así que me tocó esperar 20 minutos...
Por lo fin cogí y tras una hora de autobús urbano lleno de gente llegué al aeropuerto agobiada porque solo llegaba 3 horas antes...
Facturé la maleta sin problemas y cuando fui a pasar el control resulta que pité en el detector de metales. Me llevaron a un cuartito en el que una señora bastante alemana, es decir, arisca me cacheó, me pasó el detector hasta por el pelo (no estoy exagerando) y cuando decidió que no llevaba armas de destrucción masiva me pude ir.
Solo quedaban dos horas y media para embarcar así que di mil vueltas al aeropuerto, comparé precios del dutty free y subí al avión. Lo bueno de gastarse un dineral con Lufthansa es que te dan aperitivo, bueno ofrecían bebidas y tras hacer un estudio y ver que nadie pagaba decidí que si era gratis yo también quería mi coca-cola y mi chocolatina. A mi lado iba un piloto de la compañía, primero le reconocí por el traje y luego lo confirmé cuando sacó un papel con las características de su vuelo. Antes de aterrizar el piloto nos comunicó la gran noticia de que no solo estaba nevando sino que había ¡¡¡¡¡5 bajo cero!!!!!
Al bajar del avión me encontré con un compañero de la resi muy majo que me ayudó a encontrar mi maleta, a comprar el billete de tren hasta Munich y lo mejor es que nos buscó plan con sus amigos para este sábado que viene.
Por fin llegué a la estación central, donde había quedado con Aurora. Fuimos a tomar algo a una cafetería para hacer tiempo hasta que las chicas del couch surfing limpiaran mi habitación .
Me dieron la llave de la casa para que hiciese mi vida. Como ya eran las 6, fuimos a cenar un plato típico alemán "shnitchel" que es básicamente un gran filete empanado...
Después fuimos en busca de un bar donde tomar algo y por casualidad encontramos uno muy "mono", con encanto, donde tomamos unas cerves y a casa que al día siguiente había que madrugar.
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