Viernes:
Llegamos al examen puntuales, como buenas alemanitas. Se nos dio más o menos bien, aunque creo que nunca sabremos la nota...
Cuando volvimos del curso de alemán, conocimos a mamaá pitufa o novia de Arthur. La chica mide 5m de alto y tiene una cara de sosa que no puede con ella. Su voz es algo indescriptible, es entre llorar, ser gangoso y hablar agudo, eso sí sabe fregar y cocinar muy bien, un buen partido. Nos fregó todo lo del día anterior y se tiró 4 horas cocinando para su querido. Mientras conteníamos la risa hablando con ella, llegó mr Swartz a arreglarnos el fregadero. La situación era muy cómica los 4 en la cocina y hablande de ellos en español porque ninguno se enteraba. Comimos viendo nuestra serie y pitufa se unió a nosotras aunque la serie estuviese en español.
A las 7.30 quedamos para ir a un restaurante típico hamburgues (aunque no sirven hamburguesas.. :( ) Salimos corriendo de casa y nos tuvimos que maquillar en el tren, ahora vemos el lado positivo a vivir a 15 min del centro ya que nos dio tiempo de sobra. El tren es algo así como lo de lluvia de estrellas, entras medio orco y sales cual princesita ;) Nos juntamos con Jorge, Germán y un amigo suyo Chileno (si chileno, no veais que risa cuando nos enteramos, maldito Germán y su chilenofobia, nos lo ha pegado).
Llegamos a Gröninger, era genial, super largo, acogedor, con velitas, mesas barril e incluso un borracho tocando el acordeón mientras cantaba típicas canciones alemanas. Nos sentamos en un banco al estilo oktober fest y pedimos un barril de la casa de 10L y un super codillo, así que acabamos hasta rebentar y borrachines, lo que es una cena perfecta. jijij. Nuestros compañeros de 10L eran un italiano, Andrea, del que ya os hemos hablado y una Griega, Lena.
Después del restaurante fuimos a un bar de Absenta, en el que nos tomamos unos chupitos y a continuación fuimos al bar mexicano del amigo de Jorge y nos invitaron gracias a los chilitos (unos típicos dulces mexicanos que solo a ellos les gustan) a unas cerves. Estuvimos un rato hasta que decidimos cambiarnos a otro sitio con música más bailabe. Acabamos en una discoteca ocupa enorme y muy chula, con diferentes ambientes, desde mesitas para tomar algo y futbolin hasta diferentes salas con toda clase de música y DJ muy cachondos.
Volvimos en el tren de las tres y gracias a Germán, o a dios, cogimos un autobusito nocturno que nos acercó casi hasta casa y tuvimos felices sueños.
Gamusibesos.
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