Cris se despertó a las 2 de la tarde ya que ella si que puede dormir con un super antifaz que tapa toda la luz. En cambio Rosa, la pobrecita, a las 9 estaba en pie oyendo a mama pitufa con Arthur. Fuimos a la compra y comimos unos deliciosos espaguettis con salsa pesto mmm :)
Por la tarde Cris tuvo que limpiar la habitación, como nunca lo había hecho desde el día que aterrizó en Rahlstedt. Esa tarde venían sus padres de vacaciones de Semana Santa. Cuando estuvo todo limpito continuamos con Autocad y sorprendentemente lo acabamos!!
Llegaron los padres de Cris y empezamos a degustar los maravillosos manjares que traían de España. Cómo se echa de menos ese estupendo embutido! Cenamos con ellos y las dos fuimos a buscar a Germán para bajar esa noche al bar.
El bar esta vez tenía mucho ambiente, con gente bailando (uno o dos, que no quiere decir que lo estuvieran haciendo bien). Nos tomamos unas cerves con Lilly y acabmos jugando al futbolin con un búlgaro llamado Eddie. Cualquiera que se pusiera con él ganaba, el resto dabamos pena jajaj pero nos lo pasamos genial. Tan bien que incluso decidimos aventurarnos con el pingpong.
Después de descubrir que las palas tenian unos grandes agujeros y que era imposible dar a la pelota (como decimos, era culpa de la raqueta, no nuestra, por si dudábais de nuestras habilidades), vimos que ese no era nuestro deporte, así que decidimos inventarnos uno nuevo adecuado a nuestras capacidades: El trineo de escalera. Nada más sencillo: consiste en cojer una caja larga, como por ejemplo la de una máquina de correr que esté fuera de un gym. Colocarla en las escaleras y dejarse llevar hasta abajo. JAJAJA. Para los curiosos, ni Rosa ni Cristina sufrieron daños.
Terminamos subiendo el cartón a la habitación de Rosa para intentar tapar la venta y poder dormir algo, ya que Cris para no despertar a sus padres se había mudado esa noche a la habitación de ella.
Gamusibesos
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