Domingo:
Nos dimos cuenta rápidamente que el cartón no funcionó ya que el sol aparecio temprano y tenámos que luchar por seguir dormidas. A las 9 nos levantamos y desayunamos unas ricas napolitanas de chocolate que había comprado el padre de Cris. Nos pusimos en marcha, con el coche que habían alquilado sus padres para toda su estancia.Durante el viaje nos contaron la intensa "fiesta" que tuvo Arthur en la cocina con pitufa, y su amigo ruso, no les dejaron dormir hasta las 3 de la mañana...
El coche no había desayunado y se comió el CD de Rosa jajaj aunque gracias a las habilidades de la madre de Cris salió rápidamente. Llegamos a Lübeck y recorrimos toda la ciudad que era muy bonita, aunque en verano suponemos que más, ahora os ponemos unas fotos.
Comimos por fin uno de los típicos bocatas que por lo que parece es la base de la alimentación semanal de los alemanes. El camarero nos sugirió unos sitios donde ir despues de Lübeck y decidimos hacerle caso.
El primer destino que estaba sólo a 5 min resultó ser un centro comercial, que como en España no hay...ni nos bajamos y decidimos ir al siguiente esperando que fuese algo mejor.
Efectivamente era una zona super turística con una playa muy larga, paseo marítimo, faro, barquitos.... Estuvimos dando un par de vueltas y flipando con los niños que hacían castillos de arena y se tiraban bolas de nieve, eso si que es aprovechar un día de playa con traje de nieve.
Volvimos a Hamburgo y fuimos a una parte que todavía no habíamos visto, Altona. Es un barrio residencial de ricos, con casazas y un mercado de pescado. Subimos a un edificio barco para sacar unas fotillos de las vistas del puerto y antes de volarnos bajamos corriendo.
Aparcamos milagrosamente en la estación central y recorrimos la calle principal hasta el ayuntamiento. Después de un intenso día volvimos a casita y cenamos.
Gamusibesos
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