Nos levantamos prontito y nos llevaron los padres de Cris a la uni. Habíamos quedado a las 8.15 para ir a Kiel. El viaje en coche fue rapidísimo, cerramos los ojos y nos despertamos ahí ;) . Nos encontramos con Carlos y estuvimos en un desapacho y se pusieron a hablar en alemán sobre la esclusa, pero esta vez la charla fue más corta que la primera vez.
Medimos con el laser escaner y mientras tanto nos congelábamos, aunque no tenía ni punto de comparación con la visita anterior. Cuando acabamos de medir recogimos las cosas y volvimos a Hamburgo porque teníamos que ir a una charla al international office.
Llegamos media hora más tarde como verdaderos muñecos de michelin aunque no habían empezado todavia. Las presentaciones no fueron nada del otro mundo, lo mejor es cuando teníamos que pasar por los puestos recaudando cosas gratis, como nos gustan los regalos!
Volvimos a casa y comimos a la velocidad de la luz, porque media hora más tarde teníamos que volver al international office a una "fiesta" a las 5 de la tarde para todos los Erasmus, que llegamos y los que volvían de otros sitios. La cerveza valía un euro y fuimos las primeras en pedir una, estos erasmus no saben aprovechar las ofertas... A medida que avanzaba la tarde la cosa se animaba y ya había más gente bebiendo, hablando y jugando al futbolín. Nos juntamos con nuestras amigas Martina y Agata que nos contó la historia de su prometido, ésta no la vamos a contar ahora porque duró media hora. Otro día que no tengamos nada interesante la contamos ;)
A lo tonto la fiesta se alargó hasta las 10 de la noche y decidimos volver a casa y visitar a Germán que ya tocaba verse. Cuando llegamos vimos que teníamos la cocina invadida por cuatro rusos y que pitufa ya se había ido. Decidimos llevarnos la cena y cenar donde Germán.
A la 1 estábamos agotadas y volvimos a dormir o intentarlo al menos, porque la "fiesta" de Arthur seguia en marcha. Nos acostamos y desde la cama se escuchaban las paredes retumbando y golpes muy fuertes, a esto se le sumaban las dulces voces de 4 rusos borrachos cantando canciones de su país. Los tapones de la madre de Cris debían de ser muy buenos ya que ella no oyó nada y el padre de Cris por sus ronquidos, que eran más dulces que las voces de los rusos, tambien descansaba plácidamente. Cris no podía dormir con lo que se levantó a decirles algo y descubrió que estaban haciendo pogo en medio del "hall" con la puerta de la cocina abierta, con lo que la música estaba el doble de alta. A lo amargada, les dijo que quería dormir y fue a la cocina y les bajó el volumen. Más o menos la hicieron caso porque no se acuerda de nada más.
Nos estan limpiando la esclusa para que trabajemos nosotras :).
PD: Cuando acaben les diremos que pasen por nuestras habitaciones.
Gamusibesos.
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